La sexualidad es una parte integral en nuestras vidas, desde
el nacimiento hasta la muerte. Para los adolescente hacerse cargo de su
emergente sexualidad es parte del proceso natural de transformación en adulto.
La sexualidad debe ser considerada dentro del contexto del desarrollo humano,
no como un secreto a ser guardado por el silencio del adulto.
El amor y ser querido
es una necesidad básica del ser humano; necesidad profunda de superar su
individualidad, su aislamiento de otros. Por encima de esta necesidad universal
existencial de unión, surge otra mas específica y de orden biológico, el deseo
de unión entre los polos masculino y femenino.
Desde que el niño
nace siente necesidad de afecto y de cercanía física, pero en la pubertad y en
la adolescencia es cuando el instinto sexual se orienta hacia su satisfacción y
a la búsqueda de otro sexo. Sin embargo, el adolescente que ya esta capacitado
físicamente para procrear no siempre esta maduro ni psicología, ni emocional,
ni social mente para ello.
Este proceso de
alcanzar la madurez en todas las esferas de su desarrollo, toma tiempo. Algunos
adolescente inician su actividad sexual (coital) con una relación de amigovios
mientras que otros la postergan. También hay adolescente que la inician en
actividad sexual en relaciones pasajeras, carentes de amor y desprovistas de un
ambiente de intimidad como ocurre en un contacto casual, impulsivo, que busca
solo el placer del momento. Una relación así puede marcar para siempre el
desarrollo sexual, impidiendo la integración armónica de la integración física
y afectiva de la
sexualidad.
Cuando nace el
impulso sexual en la pubertad, este surge como un carácter indiferenciado que
se puede graficar como un deseo por el sexo opuesto. A través de un proceso de maduración, el
deseo se vuelve selectivo, se da en relación a la persona que se ama. “El
proceso de desarrollo tiende a la integración del deseo y el amor”
En la naturaleza humana, con el instinto que compartimos con
el resto de las especies, existen también la voluntad, la razón, la
inteligencia, los sentidos. Esto es lo que nos humaniza y permite que una
relación sexual, no sea solo genitalidad. Tales capacidades también permiten a
un (una) joven posponer un bien (el agrado, el placer de un acto sexual) por
otro bien mayor como reservar su intimidad para entregarla a la persona con
quien compartirá la vida, con quien se complementará y crecerá en su
sexualidad. Esta opción de abstinencia no es una evasión o una represión sino
que es una manera de prepararse para el amor.
Para el adolescente
es fácil confundir enamoramiento con amor. Algunas parejas adolescentes inician
relaciones sexuales llevadas por la atracción física, creyendo que el estar
“loco o tragado” por el otro es una prueba de la intensidad de su amor. Unen el
deseo sexual a la idea de amor e incurren en el error de creer que aman cuando
solo se desean físicamente.
Otras parejas viven
la experiencia intensa de enamoramiento en que el solo pensar estar cerca del
otro los hace estar en las nubes o como en sueños. Esta experiencia subjetiva
se acompaña también de actividad física, produciendo fenómenos como suspiros
frecuentes taquicardias (sobre todo al ver al otro), insomnio, euforia, si se
es correspondido o mucha angustia e inseguridad si se tiene no serlo ¿como
puede un adolescente, que siente que ama con tanta intensidad, saber que no se
trata del amor de su vida? Y ¿cómo puede reconocer que se trata de un solo
ilusión que hace ver al otro (a) como el ser perfecto?
Una de las
características de los fenómenos afectivos (emociones, sentimientos, etc.) es
que, al tener una intensidad excesiva, estos pueden alterar la lógica y la
objetividad y disminuir el sentido crítico frente a la realidad pueden dejarse
levar por sus sueños o fantasías llegando al acto sexual. Iniciar relaciones
sexuales en estado de enamoramiento, en una relación más impulsiva que
reflexiva es un gran riesgo para los adolescentes que no miden las consecuencias
de este acto. La capacidad de postergar los impulsos y deseos en todo orden de
cosas y particularmente en el ámbito sexual, refleja un grado de madurez.
La etapa de
enamoramiento, si se vive como corresponde a esta edad, es provechosa para que
los jóvenes vallan aprendiendo a ve r la realidad sin dejar de soñar,
conociendo y aceptando lo bueno y los defecto del otro (a) y aprendiendo a dar
y compartir. Todo esto los ayudara en su desarrollo personal y los motivara a
establecer una relación amorosa mas equilibrada, mas estable y mas profunda.
Una pareja adolescente puede llegar a las relaciones sexuales
por múltiples razones: por que se aman o creen amar; por que se desean y sienten
necesidad de tener una relación mas intima; solo por búsqueda de placer; por
temor a que la pareja lo (la) deje por que creen que todos los (las) jóvenes las
están teniendo para llenar carencias afectivas; por que les mejora su
autoestima; por falta de resistencia a la presión externa; por carencia de
principios morales; etc.
Amar presupone
entrega, respeto, responsabilidad y compromiso ¿qué sucede con las relaciones
sexuales con adolescentes que “andan” “tiran” o “son amigovios”? se entregan
los cuerpos pero ¿hay responsabilidad y compromiso?. El inicio de actividad sexual
entre adolescentes ¿es una conducta aceptable o reprochable? ¿Deben ser permitidas
o reprimidas las relaciones intimas? Al educar en afectividad y sexualidad no
se trata de permitir o reprimir conductas sino de formar un espíritu crítico
dando claves interpretativas para actuar; dando elementos de análisis para que
cada uno reflexione a cerca de las ventajas y desventajas de iniciar la
actividad sexual.
Cada joven debe
pensar, escoger, decidir desde sus principios desde sus valores, lo mas
informado posible, lo que mas le conviene y tener la madurez que requiere para hacerse
responsable de las consecuencias de su decisión.
Lo mas conveniente entre las relaciones amorosas entre los
jóvenes es que avancen paulatinamente: primero conocerse y simpatizar, luego
enamorarse y empezar a salir de modo que se conozca el carácter, los gustos,
intereses, valores, expectativas, metas de vida, etc del otro. Para lograr una
relación afectiva satisfactoria, estable, enriquecedora, no se debería empezar
por el final , sino ir conociéndose mas a fondo así mismo y al otro. Esto
requiere tiempo. Debería vivirse por etapas y esperar que cada una vaya
consolidándose como persona. No se empieza por el acto sexual para ver si
después se entienden en otras formas de convivencia humana.
El acto sexual es una
relación interpersonal y por lo tanto, debe evaluarse en términos de sus
efectos; si ayuda o perjudica a cada uno de los componentes de la pareja. La sexualidad
es paradojal; puede ser fuente de alegrías o sufrimientos, por eso es importante
que los jóvenes comprendan que su sexualidad debe ser pensada como otro aspecto
mas de su proyecto de vida y no ser vivida al azar.
La información, sobre el tema, junto con la formación
valorica de cada uno, ayudará a tomar la decisión mas adecuada y a consolidar
una postura firme e independiente frente a las presiones externas. Con esto, se
evitarán conductas inadecuadas o imprudentes y contribuirá a que el encuentro
hombre – mujer sea para los jóvenes un delicado y lento descubrimiento.
Finalmente, dependerá de cada uno darle un sentido a su capacidad de amar.
Muy buena la información, interesante para los adolescentes. bien...
ResponderBorrarMuy buena la informacion, esta Excelente! Me ayudo mucho!
ResponderBorrarExcelente información muy importante para la juventud de hoy en dia
ResponderBorrarChicas las felicito por su dedicación en la formación de los estudiantes.
ResponderBorrarMe gusto mucha esta información,gracias!!!!.;)
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